Historia de una visión

Nuestro origen
De nacionalidad suiza, la Gringa llega a la capital neuquina en años de la posguerra. Y con el anhelo de un futuro de progreso, da vida a un proyecto que se convertiría en herencia de tres generaciones.
Con confianza y fortaleza, a paso implacable, el 28 de diciembre de 1969 en casa de sus suegros, María Gracia abre las puertas del sueño hotelero. Con cinco habitaciones, inaugura junto a su esposo Rubén Palavecino, El Residencial Suizo.
De residencial a hotel
En el año 1990, continuando con el legado de su madre, asumen la administración de Hotel Suizo los hermanos Jannet Palavecino y Omar Palavecino, formando una gerencia con su padre, Rubén.
Promotores de la misma visión, tenacidad y fortaleza, emprenden juntos el desafío de convertirlo en un nuevo edificio.

El Suizo, hoy
A través del esfuerzo conjunto y con el paso del tiempo, Jannet, Omar y Rubén logran crear una estructura de siete pisos que se mantiene hasta la actualidad. En ella se albergan 50 habitaciones, dos exclusivas salas de eventos, una oficina de negocios completamente equipada y un cálido lobby en el que se pueden apreciar exposiciones de artistas plásticos de reconocimiento internacional.
El nuevo hotel también cuenta con un amplio servicio de cocheras propias y el distinguido desayunador Mítico Sur, un lugar de excelencia para disfrutar tu desayuno.
Hoy, Hotel Suizo sigue mirando hacia el futuro, pero sin renunciar a la esencia que dio vida a esta historia hace ya 50 años.
Compromiso & Calidad humana
Rubén Palavecino